También en Zamora, capital románica por antonomasia, el modernismo arquitectónico fue consecuencia del desarrollo industrial y de la concentración de capital en manos de emigrantes retornados con un oscuro pasado colonial que pronto establecen acuerdos matrimoniales y familiares con miembros de la pequeña nobleza y de la burguesía tradicional. Unos traen capital y a cambio, otros facilitan el acceso a un nivel social superior.












