
Después de la interesante lectura de: Un par de Zapatos Italianos, llegan las katiuskas, que con ese nombre celebramos la aparición de las botas de goma. Un eficaz calzado llegado para desplazar a los tradicionales zuecos tallados en madera de haya.
Con la edad, una vez atenuado el impulso de otras emociones primarias, llega el convencimiento de que mantener los pies calientes y secos pasa a ser una prioridad vital.
En esta ocasión la plácida existencia de nuestro protagonista será conmocionada, diez años después, por una agitación inesperada, en la que nada parece ser como se esperaba y las pérdidas que se acumulan sólo podrán ser superadas a base de pisar sobre el inestable terreno de unos recuerdos apenas reconocidos.
A menudo necesitamos que los demás, incluso nosotros mismos, representemos fielmente el papel que tenemos asignado, considerando que de ese modo podremos prever, aquello que ciertamente, sabemos que resulta imprevisible desde el mismo día del nacimiento.