Para entender el porque los cambios culturales, uno necesita conocer la historia del revés, no hace falta que nadie se ofrezca a poner los libros de texto patas arriba, para eso ya hay más consejeros que grullas en el cielo.

Sólo pretendo contarles que, a través de tres autores, una autora y dos autores, puedo imaginar la revolución amorosa que ha tenido lugar en el Japón desde el final de la segunda guerra mundial.
Primero nuestra estimada Hiromi Kawakami, que profundiza de forma magistral sobre la actual independencia femenina. Segundo, Haruki Murakami que en sus obras muestra despiadado el triunfo, a mitad del pasado siglo, del modo de ser americano contra una derrotada sociedad tradicional.
Para terminar un autor de impacto, Yasunari Kawabata, que describe las relaciones con una Geisha de la región más fría y, quizás más hermosa, de Japón, prácticas que supongo perviven, aún refugiadas en ambientes más o menos restringidos y que componen la base fundamental de esta extraordinaria novela.
Y una certeza. Resultado de la masiva muerte de combatientes en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial, fue la liberación de miles de europeas al ocupar los puestos vacantes en oficios que les eran vetados hasta ese momento trágico y la posterior permanencia en un inusitado estado de viudedad o soltería. Una habitación propia, de Virginia Wolf.
Hoy la selección musical también se muestra complicada.