
En la guerra, las más de la veces, los ganadores ponen buen cuidado para evitar participar en batallas, esa es una excelente medida para no acabar siendo derrotados. Hoy les voy a recomendar dos libros, el primero es un resumen, una lectura muy cercana a la propia experiencia durante la posguerra, hambre y frío. Aún recuerdo el golpe de calor de mi primera vez en una casa con calefacción central y el descubrimiento de que en algunos hogares, están proscritas las penalidades que causan el hambre y el frío y en lugar de bocadillo de pimientos, se puede merendar a base de pasteles con chocolate.
Aunque a los muertos del bando de los vencedores, las más de las veces les otorgan una medalla. Nadie les exime de los cuidados que tendrían que procurar a su propia familia. Así que también los huérfanos de los héroes patean pelota de trapo con el equipo del barrio. Y si son muy malos jugando, destinados a ocupar la plaza de guardameta suplente. Una propuesta que de una u otra forma, tiende a perpetuarse en la vida durante generaciones.

La segunda es más larga, se centra en las consecuencias de la violenta invasión del ejército nazi sobre una pacifica isla del Canal de la Mancha, y del íntimo retrato de las relaciones entre la población que se prolongan durante decenas de años, dando pie a una intensa descripción psicológica de los personajes complementada por una trama delictiva bastante bien resuelta, aunque su presencia quizás hubiera sido innecesaria.