
Pasó la mayor parte de su vida escudriñando cada rincón de aquel viejo mapa.
Inclinado sobre su mejor lupa en busca de una pista para descubrir la señal que le permitiera descubrir la ubicación de la fuente del elixir de la vida eterna.
Ignorante de que, el camino hacia la verdadera existencia, comienza tras el reflejo de una trompeta de ángeles sobre un espejo de plata y amatista.