Sólo la presencia de caridad en la intención distingue la voluntad del ángel de las propuestas diabólicas.
Entre todos los que desearon huir de la esclavitud , los antiguos eremitas, ocultos en el interior de profundas grutas, estaban a un paso de alcanzar la inmunidad, hasta que el roce de una de sus flechas de palo rosa, deja sobre la piel la herida de soledad. La runa negra que sólo cicatriza aplicando el secreto ungüento de Abies de Lourdes.
Desde la invocación a Archer, los humanos sois sólo los obedientes actores de nuestras divinas pasiones.

